El TSE que se pinta como «técnico» abre una caja de pandora

Sabemos que la «neutralidad» o «imparcialidad» no existe, tanto en la vida, como en la política, que es la vida misma.

Remitámonos a Suiza que es ponderada como el adalid de la neutralidad, ¿donde los nazis guardaron el oro que robaron?

En periodismo tampoco existe la objetividad, siempre se mira desde una perspectiva del que escribe o en su defecto de la empresa que difunde un mensaje. No alcanza con darle la vos a «las dos partes» y la verdad termina siendo relativa, lo mas parecido a la verdad es justificar con pruebas el punto de vista desde el que uno se posiciona.

Lo que esta pasando en Bolivia le pone sal a una herida abierta en noviembre pasado donde se quebró la institucionalidad y se ejecutó un golpe de estado del Siglo XXI. La decisión del Tribunal Supremo Electoral traerá cimbronazos regionales porque la inestabilidad política en un panorama de inestabilidad de hecho por la pandemia afectará los próximos días de los bolivianos ante una situación desesperante.

El actual Tribunal Supremo Electoral surgió como una respuesta urgente de unas elecciones que se tenían que hacer como plazo máximo en 90 días. Si bien la primer fecha del 5 de mayo excedía el plazo original, la aparición de la pandemia puso en entredicho eso que la propia presidenta dijo, que su única tarea era llamar a elecciones.

De hecho al erigirse como candidata quebró uno de los principios de su función que de alguna manera se interpretó como una traición ante los opositores a Evo Morales que la pusieron en la presidencia una vez que se deshicieron de el.

De pronto los que perdieron todas las elecciones entre ellas la de noviembre pasado se vieron con el poder y comenzaron a desmontar lo construido por el gobierno de Evo Morales y a robar «a mansalva» ante el desconcierto de propios y extraños, ah! pero en nombre de «la democracia».

Como anticipó Murillo hace días la dictadura boliviana cuenta con arsenal para agunatar seis meses de represión a lso que se resistan a su voluntad, que es claramente mantenerse en el poder la mayor cantidad de tiempo posible. El objetivo regional para los financiadores de esta dictadura es generar un escenario de conflico o en términos locales, «que se pudra».

Destruir al país aprovechando la pandemia y además generar una inestabilidad regional que hasta hace meses era inexistente, porque la sociedad boliviana ya esta fracturada y ahora los países vecinos en ese escenario tendría que elegir a algunos de esas facciones.

La medida es una invitación a la reacción de lso movimientos sociales para reclamar legítimamente ante la medida y a la vez es una «trampa» donde queiren ubicarlos en el lugar de la irracionalidad y a la vez deslindar de sus responsabilidades por la desastrosa atención a la pandemia.