Desde hace cuatro décadas en las periferias del barrio de Tolosa de la ciudad de La Plata se realizan las fiestas patronales “en servicio” a las vírgenes de Copacabana y Urkupiña.
Las celebraciones a las vírgenes convocan multitudes y son celebradas alternadamente durante un mes. Este año se “adelantan” ycomienzan el 27 y 28 de julio (por que el 11/8son las PASO) además se desplaza desde la periferia al casco urbano, puntualmente a Plaza Malvinas entre las calles 19, 20, 50 y 54.
Las fiestas patronales en la ciudad se han multiplicado desde los últimos años. Cada vez son más los focos de celebración, pero a una escala menor que la fiesta del barrio de Tolosa que sigue siendo la más concurrida. Muchas veces son las familias quienes abren las puertas de sus casas para venerar una imagen recientemente traída del país de origen. Allí realizan fiestas más pequeñas, sin demasiada convocatoria, ni tanto despliegue de recursos como ocurre en Tolosa. Lo importante es reunirse y que la religiosidad siga viva, más allá de los territorios que dieron existencia al culto y a sus comunidades. No obstante, un punto clave de estas celebraciones es que para llevarlas a cabo necesitan de una organización minuciosa y atenta, con precisión de relojero, puesto que tienen como meta el derecho ciudadano al espacio público (avalado por la ordenanza municipal 9.980). Hombres, mujeres, jóvenes, niños y niñas se movilizan en procesión por las calles de la periferia durante cuatro fines de semana consecutivos, desde el mediodía hasta que el sol se esconde, y esta vez con el complemento de que lo harán también por las calles céntricas de la ciudad.
El comienzo de la fiesta está programado para las 14hs. del 27 de julio en Plaza Malvinas, con la primera entrada de la Virgen de Copacabana a la plaza. La acogida estará en manos de danzantes y músicos de diferentes puntos del centro, norte y sur del Gran Buenos Aires: Villa Lugano, Liniers, Lomas de Zamora, Florencio Varela, Berazategui, Derqui, Escobar, Retiro, por nombrar algunos. Así también participaran como anfitriones los grupos locales de Tolosa, Altos de San Lorenzo, Ensenada, Arana y Berisso. Nada menos que cincuenta fraternidades son las convocadas, cada una con sus setenta u ochenta integrantes entre músicos, danzantes y asesores/as. Diabladas, tinkus, caporales, grupos de salay, paceñas, pukllay y más, harán flamear el emblema multicolor de los pueblos andinos dentro del tan mentado cuadrado platense, con músicas y danzas.
A las 18hs. se espera la elección de Ñusta y Predilecto, polémica y difícil elección de la pareja que mejor baile y exprese su devoción, para dar comienzo a La Víspera desde las 19hs hasta las 00hs. “Los Jatun”, el grupo invitado, hará lo suyo para amilanar el frío con su legendario y renovado folclore. Para los gustosos habrá chicha en los puestos de venta sobre la plaza, bebida milenaria que acompaña desde tiempos prehispánicos las fiestas andinas.
El domingo 28 de julio la misa se celebrará de 12 a 13hs. Luego se dará comienzo a la procesión con punto de partida en Plaza Malvinas, encabezada por la virgen. Continúa por avenida 51 hasta la calle 14 y retorna por avenida 53 hasta 19, de regreso a Plaza Malvinas; acompañada por las primeras notas de los músicos y por los y las danzantes que ajustarán sus brillosos trajes para marcar el paso el resto del día.
Una de las estrategias que algunas fraternidades han tomado ante los minuciosos requerimientos del estado municipal para ocupar el espacio público -hoy administrado por un gobierno PRO- es la gestión de una personería jurídica y la creación de una asociación conocida como AFUVIC ( Asociación de Fraternidades Unidas por la Virgen de Copacabana). De esta forma, la comisión organizadora de la fiesta se vuelve “más legal”, y se convierte en un buen interlocutor tanto del estado como de la sociedad en su conjunto. Un propósito que, con mucho esfuerzo, pudieron alcanzar convocando a varias fraternidades de la región rioplatense. AFUVIC actualmente es la encargada de obtener los permisos municipales para la fiesta de la Virgen de Copacabana, y recaudar fondos de la misma comunidad de uno de los barrios de Tolosa. Para dar curso a la fiesta es necesario solventar gastos varios como el alquiler de baños químicos, servicios de limpieza, seguridad, sonido, obras de infraestructura para la capilla, cartelería, publicidad, locutores/as que conduzcan el evento, etc. ante la ausencia del estado municipal en estas necesidades. A excepción de que, en años anteriores, el municipio ha facilitado la electricidad y la presencia de control urbano durante el momento de la procesión que exige del corte de calles. Es sabido que tamaña organización requiere de tiempos holgados y de reuniones periódicas para sus organizadores/as. En virtud de ellos los preparativos para el año siguiente empiezan inmediatamente después de finalizado cada festejo.
A través de la recaudación colectiva que realiza la Comisión Directiva de AFUVIC, y de la colaboración de los puesteros durante el transcurso de la fiesta en la periferia, en Tolosa, son costeados los gastos. Las donaciones recaudadas de los devotos quedan exclusivamente destinadas para la capilla. Ésta fue levantada con la colaboración de materiales de construcción y del trabajo de los/as migrantes hace unos cuarenta años.
La fiesta históricamente realizada en la periferia de Tolosa en los próximos días se desplazará al casco urbano, asociación civil mediante, siguiendo los modos en que lo solicita la lógica estatal, a los fines de conseguir algún servicio de los que claramente no brinda -y debería brindar- en la periferia. Al realizarse en el casco urbano, desde el municipio, han prometido baños químicos, seguridad (hasta las 20hs.), escenario, sonido y control urbano.
Para las celebraciones del 3 y 4 de agosto (día de El Calvario) que es cuando la fiesta retorna al barrio de Tolosa, sin embargo, los costos vuelven a manos de AFUVIC y de la pasante Silvia Susana Siles, devota de la Virgen de Copacabana que, junto a sus allegados/as, se hará cargo de la fiesta durante tres años consecutivos.
Los siguientes fines de semana de agosto posteriores a las PASO: 17 y 18, 24 y 25, la fiesta continúa en el barrio de Tolosa con el homenaje a la Virgen de Urkupiña.
Luego de cuatro décadas de realizarse la festividad en las periferias, siendo la fiesta de Tolosa la primera a nivel nacional, han surgido posiciones divergentes al interior de estos grupos aunados en que “lo boliviano trascienda”, así lo explica Gelmer Ari, miembro de la Comisión Directiva de AFUVIC. Uno de los grupos manifestó su disgusto de que la fiesta “se la llevaran del barrio” por primera vez. Lo cierto es que las estrategias de aparición en el espacio público se han ido modificando, y uno de los motivos centrales es la inseguridad vivida en la periferia urbana.
La fiesta es una mina de oro para quienes quieren robarla, tanto a quienes van a disfrutar de ella, que llevan algo de dinero, como a los vendedores que para las seis de la tarde ya tienen toda su recaudación hecha. A la tarde/noche, que cae el sol, ocurren todos los problemas, desde robos hasta agresiones a los danzantes, y a la policía no la mandan, ni siquiera por ese rato que es cuando más la necesitamos (Gelmer Ari).
Suele cuestionarse la idea de igualdad en el uso del espacio público, por parte de migrantes con radicación temporaria, residentes bolivianos/as o incluso argentinos/as de ascendencia boliviana. Esta distinción es válida en tanto en ocasiones el argumento de por qué regular el espacio público desde el municipio responde a la extranjerización de estos/as ciudadanos/as frente a los procesos migratorios y el crecimiento de la ciudad sobre sus límites. Desde la perspectiva de los agentes municipales, por su parte, se percibe como irregular este modo de ocupación de la ciudad y con ello, cierta amenaza de la legitimidad de “un orden”. Pero estas fiestas no dejan de suceder gracias a la organización de las fraternidades, y aunque la búsqueda de apoyo estatal no signifique más que una expresión de deseo.
Sofía Silva
Fotos de Archivo: Vilma Flores y Felipa Giménez
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