El espectador joven, una deuda pendiente

No es la primera vez que una obra de Sariri del Ande dirigida por Oscar Rea López se presenta en la Avenida Corrientes.

 

El sábado 16 de noviembre se realizó una obra de teatro en la icónica avenida corrientes. La obra en cuestión llevaba el nombre de “Improperio” y es dirigida por Oscar Rea Lopez de Sariri del Ande (estudio de danza). Un improperio es un insulto hacia otra persona y es un acto muy común en tierras porteñas. “Improperio” aborda la cultura de las danzas folklóricas y todo lo que acontece a su alrededor: las fraternidades, el vínculo con lo andino, la música autóctona (a cargo de Wauque, grupo que cumplió 10 años de trayectoria), el poco conocimiento de la historia pre-colombina, las borracheras y la discriminación. La obra se presenta como teatro sensorial en muchas de sus facetas, con una total inmersión gracias a un acertado uso de la iluminación y 6 actores en escena, solo un joven (Israel Choque Mamani acompañado por 5 mujeres) quien sobresale sacando máxima partida de su rol como único masculino. Al finalizar la obra Rea López se centró en que los jóvenes deberían reconocer más porque bailan y no hacerlo solo por diversión.

“Quiero llegar a un público joven pero no viene nadie” fue la contundente afirmación que dio Rea López en charla con Renacer. No es una frase dicha al azar,  según estadísticas de BA Joven, en Buenos Aires los jóvenes prefieren los recitales en primer lugar, los cines en segundo lugar y el teatro se vio relegado a un tercer lugar con números cada vez más bajos. Compuesto de un público mayor a 40 años en su gran mayoría, el desafío es llamar la atención de los denominados “sub-30”. Esto se hace evidente con solo recorrer las calles del centro: bares repletos con grupos de amigos que salen los fines de semana a distenderse, en tanto que los teatros suelen acaparar mayor atención de parejas y personas mayores. Hay un público joven ávido de buen teatro y, que además, forma parte del circuito mismo, lo cierto es que se encuentra lejos de la avenida Corrientes con eje en centros culturales o pequeños grupos de autogestión (como el teatro comunitario). De todas formas no hay que ignorar la realidad: el promedio etario es cada vez mayor y todavía no se encuentra renovación.

 

Ping pong con Oscar Rea López

R – ¿Que querés enfatizar con tu obra?

Tengo 4 obras que se han presentado en diferentes escenarios pero esta obra rompe un poco con el paradigma anterior, venía contando historias narrativas, esta es más abstracta y se trata de hablar de diferentes temáticas que son parte de la cultura boliviana y de la sociedad argentina actualmente. Mi intención es causar una reflexión, hacer un improperio e invadir al público para que ellos puedan reaccionar por lo que están viendo.

R – Hay sarcasmo e ironía en tu obra ¿apuntás a un público joven?

Totalmente pero como ves no viene nadie joven. Me hubiese gustado que esté llena de gente joven porque el mensaje es para las fraternidades, para la gente que baila y tiene la fiesta y el feeling de la joda a flor de piel. No estamos en contra de la joda pero se tiene que bailar con una razón, se baila Tinku que es una cultura que viene hace 5 mil años y cuando sucede lo de Santiago Maldonado nadie le da bola.

R – El saber porque se baila en una fraternidad.

La historia que tiene este continente es mucho más profunda de la que nosotros conocemos en la actualidad porque lo que es moderno está transformando no sé si para bien, lo que es nuestra cultura.

R – ¿Cómo se trata al boliviano o hijo de boliviano en Argentina?

Ni idea porque yo estoy hace 7 años en Argentina y mi circuito es más artístico. Estoy metido dentro de la colectividad pero como estudio y trabajo , tengo mis actividades y no podría darte mi opinión sobre el tema.

Por: Gustavo Mendiola

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